La pérdida de tono o flacidez de la piel asociada al envejecimiento intrínseco se debe fundamentalmente al envejecimiento cronológico en todas aquellas zonas no expuestas al fotoenvejecimiento.
Algunas circunstancias pueden favorecer la aparición de flacidez en edades más prematuras:
- El embarazo.
- El sedentarismo.
- Los cambios bruscos de peso.
- La menopausia, que se acompaña de una disminución de la producción de colágeno tipo IV.
- La aparición de estrías como consecuencia de problemas hormonales, embarazo o cambios bruscos de peso que son el resultado de la rotura de las fibras de elastina (responsables de dar el componente de elasticidad a la piel) y de la rotura del colágeno.
Cuando la piel se somete a grandes tensiones las fibras sometidas a mayor tensión se rompen y los nuevos tejidos actúan a modo de cicatrización reemplazando al tejido original. - El tabaco, el alcohol y el fotoenvejecimiento también favorecen la aparición de flacidez.
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Flacidez